DE OFICIO PARAGÜERO
- unblogyunparaguas
- 23 abr 2015
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"Antes había un concepto del aprovechamiento de las cosas que ya hoy no se tiene.Hoy todo se tira y ya nada se arregla" [1]
Por definición, el paragüero, es una persona que por oficio se dedica a afilar cuchillos u otros objetos cortantes y arreglos de paraguas, tradicionalmente de forma ambulante.

En España se dice que este oficio se originó en la gallega provincia de Orense. Los afiladores se trasladaban a pie por los caminos de España, empujando la tarazana, una rueda enorme, rodeada de una armazón de madera y una gran correa. [3] La vida en esos años no era como en la actualidad, el oficio de afilador era un trabajo ambulante, mayormente por barrios humildes,
en donde la economía familiar no daba para mucho, de ahí que se aprovecharan estos utensilios al máximo. Siempre aparecía por cualquier esquina del pueblo para anunciar su cercanía y solían emplear una pequeña flauta de Pan de cañas o plástico como silbato, llamado chiflo, haciendo sonar sus tonalidades consecutivas, de grave a agudas y viceversa gritando “el afiladoooooor” [2] A parte de afilar cuchillos o tijeras, también arreglaba las varillas rotas de un paraguas, y mientras trabajaba, solía contar las noticias que ocurrian en otros pueblos más lejanos. [3]

Los paraguas de esa época tenían poco en común con los de hoy, eran paraguas mucho más sencillos que los de ahora. Hoy en día los hay plegables y reversibles y más sofisticados, es decir, que no se rompen aunque les dé la vuelta el aire, y si lo hacen, a la basura y a por otro nuevo. Antiguamente, si el desperfecto era un siete en la tela, la solución era aguja e hilo, si era por la rotura era el mango, la solución era más sencilla todavía paraguas nuevo. Pero lo habitual era la rotura de una o varias varillas por efecto del aire, teniendo que cambiar las varillas o reparar los cierres, operación que no le suponía gasto alguno ya que las varillas las aprovechaba de otros paraguas de desecho. [2]
Sin embargo, las nuevas tendencias económicas que implantaron la cultura de «usar y tirar» dejaron sin sentido el trabajo de los afiladores que, poco a poco, fueron desapareciendo de las calles. Actualmente es un oficio que casi ha desaparecido y los pocos afiladores que quedan sobreviven gracias a la venta de herramientas de corte en comercios, así como afilando útiles de especialistas como cirujanos, carniceros, peluqueros y etc. [3]
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