PARAGÜERIAS
- unblogyunparaguas
- 23 abr 2015
- 2 Min. de lectura
Como ya hemos visto en otros posts anteriores, el oficio de paragüero ya ha desaparecido prácticamente, y desgraciadamente las paragüerías llevan el mismo camino. Actualmente, la gran mayoría de los paraguas son importados y cada vez es menor el número de personas que acude a pedir algún arreglo; tan solo algún que otro nostálgico que no quiere desprenderse de su viejo y fiel compañero.
La paragüería Victor, con mas de 50 años en el oficio de los paraguas, que a pesar de ser una de las 7 que quedan actualmente, sigue contando con una clientela fiel y no partidaria del “tirar y comprar”. Famosos como Mónica Cahen D'Anvers, Jean Pierre Noher y Hugo Arana son algunos de los que han pasado por su paragüeria a por un paraguas con esencia especial. Hay muchas casas que venden paraguas, pero sólo unas pocas que hacen del paraguas una filosofía. La paragüería Víctor, es una de ellas.
"Las paragüerías hace rato que dejaron de existir porque ya no se confeccionan paraguas, y los que se hacen es por cuestión sentimental. No pudieron competir con la invasión de mercadería de China. Y hoy ése es el único país donde los hacen” afirma el vendedor.
En una esquina del barrio de Boedo se encuentra esta antigua paragüería atendida por, Víctor Fernández, hijo del dueño Elías Fernández, con más de 50 años en este oficio. En sus inicios, el señor Elías ejercía su labor de forma ambulante, recorriendo las calles al grito de “¡A los paraguas!”. Se comenta que hasta un loro de Berisso terminó repitiendo su voceo.
La variedad de paraguas que hoy ofrecen en el local es extensa y variopinta con paraguas para todos tipo de gustos. Según afirma el vendedor, los días lluviosos es cuando más gente acude al local, pero lo que muchos no saben es que en está paragüería no se venden paraguas de casos de emergencia, sino paraguas con los que estás haciendo una inversión a largo plazo por su calidad y empeño.
“La gente viene a este negocio porque está harta de comprar paraguas que no le den resultados. Vienen a comprarlos acá no porque seamos buenos, sino porque somos escasos”.
En Víctor venden paraguas desde 35€ a 210€ y conservan telas, varillas y otros repuestos, para arreglar piezas antiguas. Fernández Pato afirma que su paragüería se sostiene porque es un negocio familiar, que hoy continúa su hijo Víctor.
Víctor jura y perjura que los chinos han dominado el mercado, que todos los paraguas (incluidos los ingleses e italianos) a nivel mundial poseen insumos provenientes del gigante asiático. Más allá de esta problemática, el negocio se mantiene. Victor, orgulloso, trabaja con elementos provenientes del extranjero y le es esquivo a la incertidumbre de las importaciones.
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